Los aumentos en precios se están dando prácticamente en todas las economías que se están reactivando luego del coma inducido por cuenta de la pandemia. Además del apetito de los consumidores, los problemas de logística y transporte explican parte del crecimiento de este indicador.
Uno de los factores que comienza a expresarse casi de forma global en la medida en que las economías comienzan a acelerar es la inflación.
Este es un fenómeno tiene bastante que ver con el apetito de los consumidores, pero también con las dificultades de producción.
Una de las variables que explican los problemas a la hora de retomar la producción es el transporte, particularmente la crisis de los contenedores, un asunto que puede resultar imperceptible para el consumidor final, pero que ha impactado prácticamente a todos los renglones de la economía global.
La crisis de contenedores, se puede ver desde dos aristas: no hay suficientes de estos elementos y los que hay en servicio suelen encontrarse en el lugar equivocado de la ecuación.
Invariablemente, este panorama hay que verlo de la mano de China, el mayor exportador del planeta, el segundo mayor importador de mercancías y la economía número dos a escala global, según datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Banco Mundial.
China, el mayor exportador del planeta, tiene un papel preponderante en el comercio internacional, el 80 % de la fabricación de contenedores nuevos está concentrada en tres firmas chinas, CIMC, DFIC y CXIC.
El impacto de la pandemia ralentizó las líneas de producción en el mundo, con especial énfasis en las fábricas chinas. En la medida en la que la reactivación ha ido ganando impulso, el apetito de los consumidores se disparó en varios mercados claves, como Estados Unidos. Esta demanda ha presionado a la oferta y ejercido tensiones sobre el transporte.
Clientes que rentan contenedores llevan meses reportando una situación inusual: cuando un barco con origen en China deja sus mercancías en el puerto de destino, sus limitaciones de tiempo son tal (o sea, su prisa por volver a puerto chino) que se devuelve con casi 10 % menos contenedores porque no puede esperar a que los que queden vacíos se vuelvan a llenar.
Es decir, los barcos están viajando más vacíos en sus viajes de vuelta a territorio chino, lo que de entrada modifica el esquema de precios de las navieras y otros operadores logísticos, pero, además, están dejando contenedores vacíos en lugares en donde no sirven de a mucho en ese estado. Y por ahí es que se comienza a entender la crisis: incrementos de precios en el transporte y escasez de contenedores.