Las startups españolas están revolucionando todos los sectores en los que operan, resolviendo problemas y creando nuevas vías de negocio. Asimismo, los que apuestan por crear una empresa semilla se encuentran con qué en el propio sector de las startups también tienen que lidiar con una serie de problemas, como: trabas burocráticas, falta de financiación específica y un problema de retención del talento que afecta a sus equipos humanos. Sin olvidar la amenaza sobre el copyright.
Los emprendedores que apuestan por crear una pequeña empresa se enfrentan a una a serie de problemas y como lo son:
- Burocracia: siguen existiendo en España una serie de trabas que impiden que los emprendedores arranquen su proyecto. La burocracia supone un enorme freno para el nacimiento y desarrollo de startups.
- El problema de la financiación: a pesar de que en los últimos años España, y en especial los bancos españoles han abierto el grifo, sigue existiendo una brecha importante. La inversión que se dedica en fase semilla es claramente insuficiente para echar a rodar muchos buenos proyectos.
- Talento para construir equipos: para que la tecnología que desarrolla una startups siga adelante necesita tener un buen equipo. En este sentido España tiene mucho que cambiar tanto para poder retener como para poder importarlo de fuera.
- Maduración del proyecto: que el proyecto se consolide es el objetivo que afronta toda empresa semilla, para ello es importante la experiendia que te da el haber puesto en marcha despues de haber fracasado. Ahí lo decisivo es poder contar con quienes hayan sido emprendedores, dado que, además de financiación, pueden aportar a la startup un bien aún más valioso: su consejo como emprendedores.
Por ello se pide al Gobierno que cree un verdadero y ambicioso plan que apoye el emprendimiento para hacer de España una Nación Startup. Para ello se ha planteado que se elabore una Ley de Startups que tenga en cuenta la singularidad de estos proyectos de emprendimiento, que promueva medidas que mejoren la financiación, que elimine trabas burocráticas, que resuelvan los grandes problemas de retención y atracción de talento a través de una VISA startup y una mejora de la retribución a través de otorgar participaciones en las empresas.
En cuanto a la amenaza más inminente y que pone en peligro el modelo de negocio de muchas startups, se señala a la nueva directiva europea de copyright. Esta no parece un camino, ni viable técnicamente ni deseable desde otros puntos de vista, el tratar de proteger derechos de autor aplicando un nuevo canon AEDE a nivel europeo, teniendo en cuenta la experiencia tan negativa que ha tenido en España y Alemania. Y mucho menos obligar a plataformas y empresas tecnológicas a aplicar filtros sobre los contenidos para usuarios.
Asimismo, todo apunta que de tener finalmente la directiva luz verde las startups españolas y europeas van a vivir con mucha inseguridad jurídica; muchos de los proyectos que se están gestando en estos momentos se van a marchar a otros países o acabarán muriendo. Las startups pequeñas y medianas no pueden costear los filtros de contenidos como sí pueden hacerlo las grandes tecnológicas.