Y como muchas empresas mantienen los inventarios al mínimo para abaratar costos, cuando ocurren situaciones como éstas, se quedan sin la cantidad de productos necesarios para satisfacer la demanda.
Una demanda que ha crecido en los últimos meses en el contexto de una reactivación económica tras un 2020 que marcó una de las peores recesiones globales de las últimas décadas.
En muchos casos los consumidores deben esperar mesesantes de conseguir el producto que están buscando.
Es que el atasco en la salida de contenedores desde los principales puertos del mundo está provocando interrupciones intermitentes en las cadenas de suministro.
El problema es que con la pandemia se alteró el ritmo del flujo del comercio internacional y cuando aumenta el consumo en varios países a la misma vez, los puertos, las vías oceánicas, los trenes y aviones que transportan los productos no dan abasto.
Como tampoco han dado abasto algunas industrias que producen piezas esenciales para la fabricación de otros productos, como es el caso de los microchips. La escasez de semiconductores le ha provocado problemas a los fabricantes de autos, computadoras, laptops, celulares o consolas de videojuegos.
Lo mismo está pasando con algunos materiales para fabricar ropa, zapatos, comida… la lista es interminable.
Con un equilibrio tan precario, un tifón en China o el cierre de una fábrica en Vietnam por covid-19, genera una especie de caos.
Como muchos contenedores están varados en algunos puertos, el precio de los fletes se ha disparado.
Algunos vendedores minoristas han dicho que solo tienen suficientes productos para satisfacer la demanda por un poco más de un mes, una situación que implica uno de los más bajos niveles de inventarios desde 1992.
Ante la escasez actual, las empresas están pidiendo órdenes adicionales o tratando de conseguir sus productos a través de canales logísticos obstruidos.
Con el tiempo, cuando los proveedores se pongan al día, es probable que veamos excedentes en muchas áreas. Es parte del desequilibrio en el sistema.
Esto sucedió con los rollos de papel higiénico durante el último año. Primero hubo desabastecimientos y luego excedentes
Como parte del desequilibrio del sistema se produce lo que se conoce como el «efecto látigo» en las cadenas de suministro. Ocurre porque las empresas compensan en exceso la escasez y terminan con demasiado stock.
Otra cosa que será difícil de evitar serán las presiones inflacionarias. Muchos costos de logística han alcanzado récords últimamente y, eventualmente, alguien tiene que pagar por ellos, posiblemente serán los consumidores.