Como cualquier sector de la industria marítima, el desguace de buques se ha visto afectado por los cambios y desafíos creados por la Covid-19 este último año.
Hacia la mitad del último trimestre, el mercado se desplomó alrededor de un 5% y el valor de los buques cayó aproximadamente un 25%. Tras una pausa de unos 30 días, el mercado volvió a estar en auge con una recuperación muy pronunciada, que no se ha detenido desde el tercer trimestre del año pasado. Se ha visto un aumento de alrededor del 70% en los valores residuales y en los valores de la chatarra.
La tendencia de los tipos de buques que se reciclan se ha visto afectada en cierta medida por la pandemia. Debido a la solidez de los mercados de fletes, en 2021 se ha visto poca oferta de graneleros o portacontenedores. Sí se ven muchos buques de alta mar y bastantes cruceros para reciclarse. Esto último se debe, sin duda, al enorme impacto que la pandemia ha tenido en el sector de los cruceros.
Aunque el valor de los materiales reciclados ha aumentado, en gran parte debido a la caída de las exportaciones de acero de China y al aumento de la inversión en infraestructuras en la India, los vendedores de buques (traders) han tenido dificultades como intermediarios, para llevar los buques de A a B.
Este no es el único impacto que COVID-19 ha tenido en la industria del desguace de buques. Muchos trabajadores se fueron a casa en la primera ola y no han vuelto. La segunda ola ha golpeado con fuerza.
Los que trabajan en el sector del desguace de buques se han visto presionados para cambiar sus prácticas laborales. En el pasado, el sector ha tenido una imagen negativa, ya que se le consideraba sucio, dañino y peligroso. Pero las cosas han cambiado mucho: han entrado en vigor múltiples normativas, como el Convenio de Basilea, el Convenio de Hong Kong de la OMI y el Reglamento de la UE sobre reciclaje de buques, y los desguaces trabajan para reciclar los buques de forma más segura y sostenible desde el punto de vista medioambiental.
Se espera cambiar la opinión de la gente sobre el desguace de buques, afirmando que en su lugar debería hablarse de las tres «R»: «reducir, reciclar y reutilizar«.
El transporte marítimo también debe tener en cuenta el impacto que los esfuerzos por descarbonizar la industria tendrán en el reciclaje de los buques, y el problema de los activos varados. Este se encuentra en una transición importante que requiere una reflexión y una planificación clara.
Hay medidas basadas en el mercado y un panorama normativo cambiante que repercutirá en el reciclaje de buques y que muy probablemente provocará una cascada de buques al final de su vida útil que necesitarán ser reciclados.